Las dificultades de colaboración de las entidades del tercer sector de acción social CORRESPONSABLES.COM 06 Noviembre 2013 Autor: Carlos Rosón, director de IGAXES3 y patrono de FUNDACIÓN MENIÑOS Son muchos los retos que en el contexto actual debe afrontar el Tercer Sector de Acción Social (TSAS) y algunos han sido recogidos en el Estudio sobre el presente y futuro del Tercer Sector social en un entorno de crisis que el Instituto de Innovación Social de ESADE, la Fundación PwC y La Caixa han publicado recientemente Entre los retos que el estudio recoge está la relación que se establece entre nuestras entidades para garantizar una mayor influencia, eficiencia e impacto de nuestras actuaciones, sin embargo, aquellos que venimos desarrollamos nuestra labor profesional en este sector sabemos que aunque parezca un reto asequible, son muchas la dificultades que se plantean a la hora de establecer colaboraciones. Se podría afirmar a priori que las ONG's colaboramos y colaboramos mucho. Sin embargo a poco que se profundice en el tema habría que concluir que, en realidad, las ONG's nos reunimos mucho. Al hablar de colaboración es necesario referirse a una "colaboración significativa", es decir, una colaboración que crea valor estratégico para los participantes y los resultados superan el valor de la contribuciones individuales, además de crearse con la voluntad de ir más allá de las capacidades de cada entidad" .
Sin ánimo de ser exhaustivo me gustaría reflexionar sobre algunas causas que impiden esa colaboración y que suelen aparecer de manera periódica cuando se estudia este tema (mi primera referencia a alguna de ellas es el Libro Blanco del Tercer Sector Cívico Social de Cataluña 2001 o en el libro Los retos en la gestión de las ONG,S de sector de Algred Vernis, María Iglesia y otros de 2004): - Heterogeneidad del Sector: Bajo el paraguas TSAS confluyen realidades complejas, misiones diversas y a veces contrapuestas y visiones distintas de lo que debe ser y cómo enfocar la intervención social. La heterogeneidad es una de las características principales de este sector, su diversidad (y a mi juicio también riqueza) es uno de los factores que condicionan el trabajo en red de las ONG's en el sentido de que las diferentes percepciones de la intervención social tienden a separar más que a unir (se basen estas diferencias en realidades contrastadas o en simples prejuicios) Esta heterogeneidad incluso puede considerarse como un termómetro para medir el grado de compromiso de una sociedad con los sectores más desfavorecidos de la misma. No hay que tener miedo a ser pocos o muchos, hay que tener miedo a una misión no compartida y por tanto no tiene por qué resultar extraño un número determinado de entidades. Lo que sí nos debe resultar extraño es por qué habiendo tantas entidades no hay un número mayor de colaboraciones significativas. Sobre todo porque sólo un tercer sector heterogéneo, si se quiere, pero necesariamente cohesionado y coordinado será capaz de asumir en la actual crisis un papel relevante frente al resto de agentes sociales. La fragmentación sin misión compartida es un auténtico inconveniente para dar respuesta a lo que la sociedad actualmente nos demanda.
Como conclusión considero que la gran pregunta que nos tenemos que plantear como organizaciones del TSAS es en qué medida nuestra misión es lo esencial. Si es así y en la medida en que esto sea así el cambio hacia el paradigma de la colaboración debe ser, necesariamente más fácil. Si es así nuestro logo, nuestro patronato, nuestros puestos de trabajo o nuestra posición en el mercado como entidad ceden protagonismo frente al reto de alcanzar más y mejor nuestros objetivos misionales. Si nuestra misión es esencial , olvidaremos la esclerosis del cortoplacismo y encontraremos, sin duda organizaciones que nos complementan y con las que compartir estrategias, programas y metodologías.
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